Me mudé a esta urbanización totalmente ilusionada en Junio del 2006 y el balance, lamentablemente, es un poquito decepcionante. El colmo llegó anoche cuando llegué a mi casa y vi que me habían robado la corona de Navidad de mi puerta. Otros vecinos que han escrito en el blog hablan de falta de civismo, yo creo que son cobardes anónimos, caraduras, sinverguenzas, mal educados... Estoy harta de salir a mi porche y ver los excrementos y meadas del perro de mis vecinos, ya que éste utiliza como inodoro el patio de su casa (envidio a la vecina que olía a chimenea; yo huelo a desperdicios, y en verano no le cuento), de los ladridos continuados de éste y otros perros de mi urbanización, de que uno de ellos que sale solito a la calle a hacer sus necesidades, lo haga en mis escaleras y en la de otros vecinos (lástima que no lo haga en el felpudo de su dueñ@), de que la gente se deje la basura y los cartones fuera de los contenedores... Mi lema en la vida es "vive y deja vivir" y el de estos señores debe de ser: "mientras yo viva, los demás que de aguanten". Evidentemente no toda la gente es así, gracias a Dios, tengo, por ejemplo, a mis vecinos colindantes que son bellísimas personas. Hay vecinos, y lo digo con conocimiento de causa, que están sufriendo situaciones inadmisibles. Creo que he tenido mala suerte, así que le recomendaría a la señora que pregunta que si se vive bien aquí, que se asegure antes de comprar su casa de los vecinos de su urbanización, no se llegue a sentir algún día tan triste como yo.